he aquí yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia”

(Jeremías 30:18)

un remanente santo de Israel volverá a Sión




En el mismo momento en que Oseas y Amós profetizaban de parte de YaHVéH el destierro de los “hijos de Israel”/”casa de Israel”, también se anunciaba que un remanente de ellos volvería a Sión al final de los días. Serían aquellos que hubieran sido perdonados por la “pura gracia” de YaHVéH que así, limpios de su rebeldía, volverían como ISRAEL DE DIOS a la Sión del mundo venidero/athid lavo. Este retorno a Sión como nuevo pueblo santo de un remanente de la casa rebelde es ejemplificado cuando YaHVéH le pide a Oseas que vuelva a tomar a la que había sido su primera y única esposa – que Él había ordenado primero que tomara y luego que desechara - la prostituta Gomer, como esposa eterna y fiel. Y esto es un anuncio profético de que habría un Nuevo Matrimonio con un remanente de Su pueblo desterrado: las bodas celestiales del Cordero de las que se habla en el Nuevo Testamento.


Leamos en Oseas 14:4 la preciosa oferta de gracia futura a la descendencia de Israel(Efraín) que es el fundamento de la Misericordia que ofrece el "evangelio":


"Yo los sanaré de su rebelión

los amaré de pura gracia,

porque mi ira se apartó de ellos".


Y luego la alusión a un nuevo matrimonio santo de YaHVéH con Su pueblo:


"Te desposaré conmigo para siempre;

te desposaré conmigo en justicia,

juicio, benignidad y misericordia.

Te desposaré conmigo en fidelidad”

Oseas 2:19-20


¿Y dónde se establecería finalmente este pueblo perdonado y retornado a la comunidad de ISRAEL? La Palabra afirma con rotundidad que ese remanente santo de Israel, perdonado por Su misericordia, volvería a Sión, como ya señalamos. No a la Sión actual, sino a la Sión del mundo venidero/athid lavo, cubierta por un dosel de Gloria en donde el cielo descenderá a la tierra y YaHVéH morará con Su pueblo.


Hay entonces un episodio final de la historia, un lugar en donde florecerá y dará sazonados frutos nuestro árbol/ Propósito. El mismo lugar que los evangelios llaman “reino de los Cielos” o “Reino de Dios”, y aún "Reino de Israel" (Hechos 1:6) y al que Amos se refiere proféticamente como la reedificación del “Tabernáculo de David” (Amos 9:11) al cual también se refirió Jacobo cuando cerraba el concilio de Jerusalem – el primero de la iglesia – diciendo que esta profecía de Amos era algo que estaba estrechamente vinculado a la evangelización de los “gentiles” (Hechos 15:16).


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Oseas nos dice algo relevante sobre ese tiempo futuro:


"En aquel tiempo yo responderé,

dice YaHVéH;

responderé a los cielos,

y ellos responderán a la tierra”

Oseas 2:21


Lo que nos trae a la memoria las palabras de la oración que Jesús enseño a sus discípulos:


"Vosotros, pues, oraréis así: ...

Hágase tu voluntad,

como en el cielo,

así también en la tierra".

Mateo 6:9-10


Y tan importante es en la Palabra esta convocatoria a Sión en Gloria de un remanente santo de Israel, a contrapelo del destierro, que Oseas no deja ningún espacio entre el anuncio de que Israel sería desterrado y el anuncio de que un remanente finalmente sería recogido al final de los tiempos. Como si estos dos hechos – verdaderos sístole y diástole de la historia – se fundieran en uno:


“...y sucederá que en el lugar

donde se les dice:

‘No sois mi pueblo’,

se les dirá:

‘Sois hijos del Dios viviente’.

Oseas 1:10


En donde nos enteramos que excomulgados de ISRAEL, cuando fueran redimidos, serían llamados “hijos del Dios Viviente” ¿nos parece familiar esta expresión?


De modo que el evangelio no es una flor preciosa que solo afirma unas delgadas radículas en el pasado, sino un recio tronco que hunde sus raíces en la profecía y la historia. Vimos que hay una parte de ISRAEL con total olvido de sus raíces – la “casa de Israel” - y otra que hace la razón de su existencia el ser la continuidad de esas raíces: la “casa de Judá”. Por su vez, veremos enseguida que esta última fue endurecida por Dios/Elohim en tanto que la “casa de Israel” gentilizada permanecería abierta a la Palabra de modo que un remanente escogido de ella entrara de nuevo en un Pacto con su "Marido" YaHVéH (Isaías 54:5). A esta parte de la "casa de Israel" que recibiría las Palabra del "evangelio" el apóstol Pablo llama en Romanos: “plenitud de los gentiles”. Leamos esta mención en Romanos 11:25-26:


"No quiero, hermanos,

que ignoréis este misterio,

para que no seáis arrogantes

en cuanto a vosotros mismo:

el endurecimiento de una parte de Israel

durará hasta que haya entrado

la plenitud de los gentiles.

Luego todo Israel será salvo"


De modo que cuando en la introducción del evangelio de Juan la Palabra se refiere a “los suyos” (Juan1:11) señalando que dieron la espalda al Verbo de Dios, sepamos que estos eran una parte de ISRAEL que había sido “endurecida”. Y que este “endurecimiento” de los judíos fue para que el evangelio alcanzara a la “casa de Israel” desterrada.


Y cuando todo el remanente escogido de los israelitas gentilizados - la "plenitud de los gentiles" - hayan entrado en el Nuevo Pacto, entonces el endurecimiento de los judíos cesará y entonces un remanente de ellos también aceptarán gozosos el perdón y la gracia ofrecida en el evangelio. Esto lo explica el apóstol Pablo hablándoles así a los “gentiles” conversos de los “judíos”:


"vosotros erais, en otro tiempo,

desobedientes a Dios, pero ahora

habéis alcanzado misericordia

por la desobediencia de ellos,

así también estos ahora

han sido desobedientes,

para que por la misericordia

concedida a vosotros,

ellos también alcancen

misericordia"

Romanos 11: 30-31


Ahora entendemos el interés de los celtas por dibujar los árboles con sus raíces. Es que su inconsciente colectivo les dictaba que se estaban olvidando de sus raíces hebreas-israelitas y que cuando sanaran de su amnesia las recordarían, cosa que está sucediendo hoy. Por eso sus esmerados y bellos dibujos son un continuo test psicográfico de una colectividad desmemoriada que quiere volver a encontrar sus raíces


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