he aquí yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia”

(Jeremías 30:18)

el mundo por herencia



En Romanos 4:13 leemos esta afirmación:



“Pues Dios prometió a Abraham
y a sus descendientes
que recibirían el mundo
como herencia...”



¿Será esto un exceso del apóstol Pablo? ¿De verdad Dios/Elohim le prometió a Abraham y su prole heredar el mundo entero?. Una concordancia de este pasaje nos lleva a Génesis 17:1-7 en donde YaHVéH le promete a Abram, ya de 99 años:


"- Este es mi pacto contigo:
serás padre de muchedumbre de gentes.
No te llamarás más Abram,
sino que tu nombre será Abraham,
porque te he puesto por padre
de muchedumbre de gentes.
Te multiplicaré en gran manera,
y de ti saldrán naciones y reyes".


Entendamos bien este versículo: YaHVéH cambia el nombre de Abram – “padre enaltecido” - a “Abraham” – “padre de una muchedumbre de gente” -.

Reparemos que “padre enaltecido” parecería suficiente para cumplir cualquier objetivo humano “normal”, y quedarse muy feliz, pero sin embargo es poco para lo que YaHVéH tiene en mente para el sorprendido y paciente Abram. YaHVéH – el “Shaddai” – tenía objetivos sobrenaturales para la descendencia de Abram/Abraham. ¿Que entiende el Altísimo por “padre de una muchedumbre de gente” – “Abraham” - ?. Lo dice enseguida: “te multiplicare grandemente y de ti saldrán reyes y naciones”. Esto no es una promesa muy “corriente”, no se trata de una promesa de “muchos hijos”, sino de una que es difícil de ser comprendida inmediatamente: engendraría “naciones”. Poblaría países enteros, engendraría reyes y lideres nacionales, e incluso – lo veremos – su descendencia se combinaría con etnias diferentes. Una promesa digna de un Dios poderoso que controla la historia. Saldrían de la descendencia de Abraham “reyes y naciones” – ¡en plural!. Y si nos asaltara alguna duda de que de eso se trataba veamos la promesa a su mujer Sarai – luego Sara -:


"- A Sarai, tu mujer,
no la llamarás Sarai,
sino que su nombre será Sara.
Yo la bendeciré, y también te daré un hijo de ella.
...y vendrá a ser madre de naciones;
reyes de pueblos nacerán de ella".
(versos 15 y 16)


Aquí “Sarai” – “mi princesa” – es cambiado por “Sara” – “princesa” - que expresa un ámbito indefinido y amplio. Y luego reitera la Promesa pero en clave femenina: “vendrá a ser madre de naciones”, ¡de nuevo en plural.

Y si seguimos la zaga de esta Promesa sorprendente que impactaría la historia de las naciones nos encontramos con Génesis 22:16-17 en donde YaHVéH le promete – confirma - al obediente Abraham ¡jurando por Si mismo!:


"...de cierto te bendeciré
y multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo
y como la arena que está a la orilla del mar;
tu descendencia se adueñará
de las puertas de sus enemigos".


Así YaHVéH ratifica que Abraham tendría una prole tan numerosa como "las estrellas del cielo y... la arena que está a la orilla del mar". ¡Inmensa! ¿prácticamente “infinita” si la quisiéramos imaginar!. Es obvio que se trata de una descendencia que excede a una sola nación, como las estrellas y las arenas del mar la exceden, porque “el cielo” que contiene las estrellas es universal y “las arenas” cubren todas las playas del planeta.

Seguimos la zaga: de Isaac la Promesa pasa a su hijo Jacob, que luego de su “lucha” con el Ángel a la orilla del Jaboc, recibe esta Promesa/bendición:


"Tu nombre es Jacob;
pero ya no te llamarás Jacob,
sino que tu nombre será Israel;
También le dijo Dios:
- Yo soy el Dios omnipotente:
crece y multiplícate;
una nación y un conjunto de naciones saldrán de ti,
y reyes saldrán de tus entrañas".
(Génesis 35:11)


Nuevamente el cambio de nombre: de Jacob – “risas” – a ISRAEL – “DIOS LUCHA” – que inspira temor y tiene un significado universal.

Y que vendrá a ser el nombre de la nación separada por YaHVéH para ejecutar su Plan de Redención de las naciones formada por “doce tribus” descendientes de Jacob/Israel. ¿Pero sería una sola nación la que se formaría a partir de la prole de Jacob/Israel? Ya vimos que NO y aquí lo confirmamos: sería “una nación y un conjunto de naciones”. Y es reconfirmado en Génesis 48:4:


"y me dijo: -Yo te haré crecer,
te multiplicaré y te pondré
por estirpe de naciones;

y daré esta tierra a tu descendencia
después de ti por heredad perpetua".


La Promesa de YaHVéH a Abraham establece con claridad fuera de toda necesidad de interpretación que la matice o relativice que su descendencia sería incontable y que ella formaría “naciones”, o mejor "reyes y naciones" – en plural indefinido - NO una nación única y una sola “estirpe” real. Este es nuestro punto de partida – que siempre estuvo allí pero que a veces no lo valorizamos - para la búsqueda de cuan grande será la herencia de la descendencia de Abraham como nos lo recuerda Romanos 4:13, la cita con la que comenzamos. Sigamos adelante a partir de este firme mojón.


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Tomado del libro:
"Estruendo en las naciones"