he aquí yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia”

(Jeremías 30:18)

todas las naciones serán bendecidas por la Simiente de Abraham



El rumbo principal de esta desterrada descendencia amnésica de Abraham al que más se refiere la profecía fue hacia el occidente – y el lejano occidente -. Pero se movieron hacia los “cuatro vientos” de la tierra. Ahora bien, desde el mismo momento en que fue profetizado el destierro de Samaria a las apóstatas “diez tribus” ya se anunciaba que un día sería extendido a ellas la misericordia y el perdón divinos. Leemos en Oseas 11:4:



“Yo los sanaré de su rebelión,

los amaré de pura gracia,

porque mi ira se apartó de ellos”.



Y en efecto, en la “plenitud de los tiempos”, a estos "hijos de Israel" sin memoria esparcidos por el lejano occidente y por toda la tierra les fue enviado el anuncio/evangelio del Reino por medio de los doce apóstoles del Cordero. Eran las “ovejas perdidas de la casa de Israel” a la que el Maestro se refirió claramente, y Él había dado instrucciones a sus enviados/apóstoles de dirigirse a ellas sin demora (Mateo 10:5-7).


Y cuando recibieron el mensaje tan amorosamente enviado a ellos, lo recibieron en su corazón, en forma individual y nacional, de tal manera que en un espacio de tiempo relativamente breve en términos históricos todas las naciones que se formaron habiendo sido “mezcladas” y “zarandeadas” por los desterrados “hijos de Israel”/”casa de Israel” se convirtieron al Mesías de Israel, predicado bajo el nombre griego de “Jesucristo” – debían de ser alcanzadas en “secreto” - que era la única lengua extranjera que esas naciones entendían (nota 1).



* una aparente contradicción.



Volvamos al pasaje en que YaHVéH hace a Abram la Promesa de una descendencia superabundante. Luego de esta extraordinaria promesa YaHVéH añade esta otra mas conocida:



“Te daré a ti y a tu descendencia después de ti

la tierra en que habitas, toda la tierra de Canaán,

en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos”.

(Génesis 17:8)



Confirmada en varias referencias, por ejemplo la ya citada Génesis 48: 4:



"-y daré esta tierra a tu descendencia

después de ti por heredad perpetua".



¿Cual es la contradicción?, pues que no coincide la extensión universal hasta donde fue esparcida la simiente de Abraham con el territorio relativamente pequeño de la tierra de Canaán, que es su “herencia perpetua” en cuanto a territorio. ¿Como es que una descendencia que ocupó todo el planeta terminaría en un territorio tan pequeño? Para solucionar esta "contradicción" debemos recordar:



1) que hay un promesa muy consistente en toda la Biblia – mas presente en el AT, naturalmente – que afirma que la descendencia de Abraham esparcida por el mundo con la apariencia de gente de "todo linaje, lengua, pueblo y nación" (Apocalipsis 5:9), volverá al fin de los días a la tierra de la que fue "echada". Leemos, por ejemplo, en Jeremías 23:7-8:



"Vive YaHVéH que hizo subir y trajo

a los descendientes de la casa de Israel

de la tierra del norte y de todas las tierras

adonde los habías echado;

y habitarán en su propio suelo".



2) que esa promesa afirma que no volvería “toda” la descendencia de Israel esparcida entre las naciones sino que solo un “remanente “de ella - el “remanente de Israel” – el que habría sido santificado y justificado por la sangre del Cordero. Esto es lo que dice el apóstol Pablo haciéndose eco de decenas de pasajes del AT:



"También Isaías clama tocante a Israel: (nota2)

Si fuere el número de los hijos de Israel

como la arena del mar,

tan sólo el remanente será salvo";

(Romanos 9:27)



3) que la Sión venidera será muchísimo más amplia que la actual.



* la herencia planetaria

de la descendencia de Abraham.



Veamos por fin: ¿en que sentido la descendencia de Abraham recibirá "el mundo por herencia"?.


La Palabra contiene afirmaciones difíciles de entender dentro de los parámetros de hoy. Por ejemplo en Isaías 60:5 se afirma que el retorno de los redimidos a Sión – lo que hemos llamado el Éxodo Mayor de Israel - estará acompañado de la riqueza de las naciones:



“Tú, al verlos, estarás radiante de alegría,

tu corazón se llenará de gozo;

te traerán los tesoros

de los países del mar,

te entregarán las riquezas de las naciones.

Isaías 60:5



Y mas adelante lo confirma:



“ para traer tus hijos de lejos,

su plata y su oro con ellos”

Isaías 60:9



Pero esto no debiera asombrarnos mas que el hecho que en el primer éxodo – el de Egipto – también los israelitas salieron llevando la riqueza de Egipto:



“Los sacó con plata y oro

y no hubo en sus tribus enfermo”.

Salmo 105:37



Dice también Éxodo 12:36:



“YaHVéH hizo que el pueblo se ganara

el favor de los egipcios,

y estos les dieron cuanto pedían.

Así despojaron a los egipcios”.



De modo que el Éxodo Mayor, de algún modo, estará acompañado de la riqueza de las naciones – no sabemos los detalles de como esto será, naturalmente - . Pero además, habrá de algún modo una contribución por “vasallaje”. ¿No es nuestro Señor Rey de reyes y Señor de señores? ¿No se presta vasallaje al Rey? Eso es lo que parece indicar, ya en el Estado Eterno, Apocalipsis 21:24:



“Las naciones que hayan sido salvas

andarán a la luz de ella

y los reyes de la tierra traerán

su gloria y su honor a ella"



En donde algunas traducciones sustituyen “gloria y honor” por “riquezas”. Esta es la herencia universal que recibirá el remanente salvo de la descendencia de Abraham. Lo que también puede entenderse como un tributo al Templo universal del mundo venidero/atid lavoh:



“Vosotros seréis llamados

sacerdotes de YaHVéH...

Comeréis la riqueza de las naciones

Y con su gloria seréis enaltecidos”

Isaías 61:6



Estamos hablando de una nueva edad, con valores tan diferentes entre si como lo fue el Imperio Romano postrero de la llamada “Edad Media” que lo sustituyó. Ninguna escala de valores coincidía entre uno y otro. Con las piedras de los caminos romanos, que era el orgullo de ese imperio y la columna vertebral de su poder, se construyeron templos y monasterios dedicados a un Dios que los romanos no conocieron y que era el centro de esa nueva edad que lo sucedió. A este cambio radical llama la Escritura “nuevos cielos y nueva tierra” sin los cuales el reino mesiánico/athid lavo no podría existir. Con este nuevo espíritu debemos entender por ejemplo:



“Mamarás la leche de las naciones,

el pecho de los reyes mamarás;

y sabrás que yo, YaHVéH, soy tu Salvador,

tu Redentor, el Fuerte de Jacob”.

Porque te extenderás.

Isaías 60:16



Y también esto:



“Porque se acordó de su santa palabra

dada a Abraham su siervo,

y sacó a su pueblo con alegría,

y a sus escogidos con gritos de júbilo.

También les dio las tierras de las naciones,

y poseyeron el fruto del trabajo de los pueblos,

a fin de que guardaran sus estatutos,

observaran sus leyes. ¡Aleluya!”

(Salmo 105:42-45)



Es que si levantamos nuestra vista podemos ver lo que da Dimensión y Sentido a estas cosas, la piedra “más alta” que todos nosotros, la piedra angular del edificio del Reino mundial venidero:



"Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy.

Pídeme que te dé las naciones como herencia

y hasta el último rincón del mundo en propiedad,

y yo te los daré".



Confirmado en el Salmo 82:8:



“¡Levántate, Dios, juzga la tierra,

porque tú heredarás todas las naciones!”



Todas las naciones de la tierra serán bendecidas en la Simiente de Abraham (Gálatas 3:16) - el Hijo/ Mesías de ISRAEL - ¡que las recibirá como herencia de parte del Padre!. Y Refiriéndose al gozo de las naciones con su REY universal se dice:



“Acontecerá en aquel tiempo

que la raíz de Isaí,

la cual estará puesta

por pendón a los pueblos,

será buscada por las gentes

y su habitación será gloriosa”.

Isaías 11:10



Y en Isaías 62:2:



“Entonces verán las naciones tu justicia

y todos los reyes tu gloria...”



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Tomado del libro:
"Estruendo en las naciones"